En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
SEÑOR:
Ayúdame a decir
la verdad delante de los fuertes
y a no decir
mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das
fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito,
no me quites la humildad.
Si me das
humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame
siempre a ver la otra cara de la medalla,
no me dejes
inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a
querer a la gente como a mí mismo
y a no juzgarme
como a los demás.
No me dejes caer
en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso, más bien
recuérdame que
el fracaso es la experiencia
que precede al
triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y
que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito,
déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera
a la gente,
dame valor para
disculparme,
y si la gente me
ofende,
dame valor para
perdonar.
¡Señor... si yo
me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
(Mahatma Gandhi)
REFLEXIÓN